¡Sonata al viento!
De rimas inacabadas
Las mejores melodías
De los sueños impolutos,
Un oasis de sabiduría
Dónde pues convergen
Aquellas notas inocentes
Que de tanto batir sonaron,
Como la noche y el día.
Sombría la estepa llenose
De lágrimas aún fingidas,
Decidme si el amor que pena.
Merece su buena dicha
Silencio entre dos notas
Es la clave de toda música
Díganme los entendidos
Dónde van las estrofillas
Que balada terminad
A las notas musicales
Que impurezas desechaban
En los sueños de alegría
Mientras tanto las cosechas
Se recogen mereciendo
Unas veces rebosa el granero,
Y otras de sacas vacías
Pelayo